Me encanta este libro por cómo está escrito y por el tema que trata. Winterson utiliza un recurso ya usado por otras autoras como Virginia Woolf, pero que no por eso deja de ser interesante, y es que el personaje principal carece de sexo. Desde el principio hasta el final de la novela es casi imposible averiguar el sexo que tiene, tan sólo intuirlo, y con lo difícil que es hacer eso ya merece mis respetos. Completamente recomendable.