No está mal, no está mal. Y el final está muy acorde, es lo que tiene que pasar.
Pero, no sé, me pareció un poco forzada, no terminé de notar la química entre la profesora y la alumna, y Annabelle era ligeramente la reina del cotarro, una Mary Sue como otra cualquiera de la directora de la película, con su budismo, su guitarrita kumbaya y su sexualidad que aplasta a sus compañeras.
Tampoco es que me vaya a parar a verla una segunda vez para apreciarla mejor, creo que con una basta y sobra.